Los síntomas agudos de una reacción a la transfusión de sangre pueden incluir: fiebre, vómitos, debilidad, incontinencia, tos, insuficiencia cardíaca, hipotermia, escalofríos, septicemia, shock y colapso.
Conviene estar pendiente de las reacciones del perro hasta los 14 días posteriores a una transfusión de sangre para estar seguros de que ha sido un éxito. En algunos casos el perro no reacciona bien y afecta al sistema inmunitario.
Lo más habitual es que la mala aceptación se produzca de forma bastante inmediata y estaríamos hablando de una reacción aguda. Sin embargo en algunos casos la reacción es retardada.
Los síntomas agudos de una reacción a la transfusión de sangre pueden incluir: fiebre, vómitos, debilidad, incontinencia, tos, insuficiencia cardíaca, hipotermia, escalofríos, septicemia, shock y colapso.
Principalmente encontramos 3 causas por las que se producen reacciones adversas. La primera es que se haya hecho la transfusión con una sangre no compatible, la segunda es que la sangre estuviera contaminada y la tercera es que se haya hecho demasiado rápido o en demasiada cantidad.
El veterinario deberá analizar la sangre con la que haya hecho la transfusión para asegurar la compatibilidad y la ausencia de contaminación.
Si el perro experimenta una mala reacción, lo primero será parar la transfusión y mantener la presión arterial con líquidos para no perjudicar la circulación. El tratamiento dependerá de la causa que haya provocado la reacción pero con medicamentos y terapia de fluidos se tratará de evitar la infección y volver a la normalidad.