Inflamación de la piel, caída del pelo y la picazón provoca un exceso de rascado, lamidos y autolesiones.
El prurito es una sensación carcterizada por un hormigueo que induce al perro a rascarse. El rascado va enrojeciendo la piel y puede acabar en heridas o infecciones y conviene pararlo lo antes posible para que la situación no se vaya deteriorando.
Inflamación de la piel, caída del pelo y la picazón provoca un exceso de rascado, lamidos y autolesiones.
El hormigueo puede estar causado por muchos factores. Los más relevantes son:
El veterinario primero realizará una exploración física en búsqueda de lesiones físicas en la piel.
Normalmente el veterinario tendrá que analizar en el laboratorio una muestra de tejido cutáneo para poder determinar qué está causando el prurito.
Y para descartar enfermedades subyacentes, también podría realizar un análisis de sangre y de orina.
El tratamiento puede variar mucho en función de la causa del prurito.
Mientras el veterinario averigua la causa podrías empezar por utilizar un collar isabelino para que el perro no pueda empeorar la situación. También se puede calmar al perro con baños y champús especiales o con cepillados.
Después en función del causante, el veterinario decidirá cuál es el tratamiento adecuado. Normalmente ante infecciones bacterianas recetará antibóticos, si es por culpa de parásitos en principio deberíamos utilizar antiparasitarios y si es por una alergia lo primero que deberíamos hacer es identificar al alérgeno para alejarlo del perro o tratar de reducir la respuesta del sistema inmunitario.