- Letargo o depresión
- Falta de apetito
- Fiebre
- Dolor en el abdomen
- Secreción sanguinolenta de la uretra
- Paso rígido
- Esforzarse por defecar
- Dificultad para orinar
La infllamación de la próstata o prostatitis, normalmente está causada por una infección bacteriana. La bacteria E. colli es la que más afecta al sistema urinario.
Es una enfermedad más habitual en animales de edad avanzada o con un sistema inmunológico debilitado.
Las causas evidentemente son el contacto con las bacterías y también normalmente un déficit en el sistema inmunológico del gato.
El veterinario en primer lugar realizará una exploración física con palpación rectal de la próstata para tratar de detectar si se encuentra inflamada.
Para confirmar el diagnóstico normalmente utilizará distintas pruebas de imagen: radiografía, ecografía o tomografías computerizadas.
El análisis de orina y de sangre también permite ver si hay infección en la próstata.
Para el tratamiento, el veterinario recetará antibioticos para combatir las bacterias causantes de la inflamación. Si la prostatitis fuera recurrente, el veterinario se podría plantear la castración para prevenir las recaídas.