Lo habitual es atacar primero las causas subyacentes normalmente con antibióticos o medicamentos antiparasitarios.
Una vez solucionado, el veterinario tratará de reducir la hinchazón y volver a colocar en su posición el tejido desplazado. Para reducir la hinchazón normalmente se utilizarán pomadas y se recolocará manualmente los tejidos desplazados. Se utilizarán anestésicos en el proceso como la epidural para evitar que el perro sufra dolor.
Una vez recolocados los tejidos, normalmente se optará por coserlos para que no se vuelvan a desplazar ya que es algo que podría ocurrir fácilmente al defecar. Una vez tratado el problema hay que vigilar cuando el perro defeca porque puede volver a desplazarse. Es recomendable sacar el perro a menudo a hacer sus necesidades porque también podría perder parcialmente el control.