Polirradiculoneuritis idiopática en gatos
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

La polirradiculoneuritis idiopática felina es una parálisis progresiva debido a una inflamación aguda de los nervios periféricos y de las raíces nerviosas espinales. Es una enfermedad rara y se desconoce todavía exactamente cómo se transmite pero se ha constatado que aparece en los gatos que han estado en contacto con mapaches.

Síntomas

Reflejos lentos, tono muscular bajo, rigidez al andar, debilidad muscular en las cuatro extremidades que pueden progresar a parálisis en todas las extremidades y dolor, reflejos bajos, capacidad vocal debilitada y dificultad respiratoria. Los síntomas aparecen entre 7 y 14 días después del contacto con el mapache.

Causas

Se ha establecido una relación directa entre los gatos afectados y el contacto con la saliva del mapache, aunque aun y así se desconoce la causa exacta. 

Parece que la enfermedad se desarrolla porque el sistema inmunológico ataca al sistema nervioso. Los glóbulos blancos experimentan una extraña reacción y destruyen las células nerviosas.

Diagnóstico

El veterinario preguntará por el historial médico del gato, por los síntomas detectados y por si el gato pudo haber estado en contacto con un mapache.  A continuación, realizará un examen físico acompañado de un perfil bioquímico, un hemograma completo (CSC) y un análisis de orina. También, deberán realizarse pruebas específicas como análisis del líquido cefalorraquídeo para la búsqueda de organismos infecciosos que puedan estar ocasionando la parálisis y pruebas de la actividad eléctrica en los nervios periféricos.

Tratamiento

La parálisis es progresiva y puede avanzar con rapidez y no existe tratamiento. En el transcurso de días a semanas, la parálisis puede extenderse desde las piernas hacia el cuerpo y el sistema respiratorio. El gato se recuperará por sí sólo con el tiempo y el veterinario tratará de controlar los síntomas más adversos. Si el gato desarrolla problemas respiratorios graves, requerirá ser hospitalizados durante días hasta que pueda respirar con normalidad. Es posible que experimente dificultad para beber agua, por ello el veterinario podría tener que administrar líquidos vía intravenosa. En algunos casos, el gato podrá necesitar de fisioterapia a causa de la atrofia muscular generalizada. 

La recuperación es distinta en cada caso. Algunos gatos pueden recuperarse rápidamente en días o semanas. Lo más habitual es que el gato necesite entre 3 y 6 semanas para recuperarse pero en algunos casos nunca se recuperará por completo y permanecerá una debilidad de por vida.

Durante la recuperación es importante mantener al gato en reposo absoluto, bajo observación, evitando que se sobresalte, manteniéndolo alejado de niños y otros gatos. Mientras el gato esté descansando, habría que girarlo de un lado a otro cada cuatro horas para prevenir úlceras por presión como resultado del estar en una sola posición durante tiempo prolongado.