La parálisis es progresiva y puede avanzar con rapidez y no existe tratamiento. En el transcurso de días a semanas, la parálisis puede extenderse desde las piernas hacia el cuerpo y el sistema respiratorio. El gato se recuperará por sí sólo con el tiempo y el veterinario tratará de controlar los síntomas más adversos. Si el gato desarrolla problemas respiratorios graves, requerirá ser hospitalizados durante días hasta que pueda respirar con normalidad. Es posible que experimente dificultad para beber agua, por ello el veterinario podría tener que administrar líquidos vía intravenosa. En algunos casos, el gato podrá necesitar de fisioterapia a causa de la atrofia muscular generalizada.
La recuperación es distinta en cada caso. Algunos gatos pueden recuperarse rápidamente en días o semanas. Lo más habitual es que el gato necesite entre 3 y 6 semanas para recuperarse pero en algunos casos nunca se recuperará por completo y permanecerá una debilidad de por vida.
Durante la recuperación es importante mantener al gato en reposo absoluto, bajo observación, evitando que se sobresalte, manteniéndolo alejado de niños y otros gatos. Mientras el gato esté descansando, habría que girarlo de un lado a otro cada cuatro horas para prevenir úlceras por presión como resultado del estar en una sola posición durante tiempo prolongado.