Esfuerzo o dolor al defecar. Las heces pueden ser teñidas con sangre y/o cubiertas con moco.
Los pólipos rectoanales son crecimientos anormales de protuberancias tipo colgajo en las paredes anal y rectal. Estos pueden unirse directamente a las mucosas intestinales o mediante conexiones cilíndricas. Estas lesiones pueden ser precursores de tumores colorrectales.
Esfuerzo o dolor al defecar. Las heces pueden ser teñidas con sangre y/o cubiertas con moco.
La causa exacta es todavía desconocida pero los perros de mediana y avanzada edad son más propensos a padecer la dolencia.
Debe proporcionar un historial completo a su veterinario, indicando la aparición y naturaleza de los síntomas. El diagnóstico generalmente se realizará sobre la base de un examen rectal manual del veterinario o directamente por la visualización directa del pólipo en la abertura anal externa.
Tras identificar un pólipo, el veterinario podría llevar a cabo una colonoscopia y una biopsia para realizar un examen patológico detallado del tejido que ayudará a definir el mejor tratamiento.
La cirugía suele estar indicada para el manejo efectivo de los pólipos. Pueden eliminarse a través de la abertura anal y después se cerrará con puntos de sutura. Se recetarán medicamentos para aliviar el dolor como analgésicos no esteroideos, al igual que antibióticos para evitar futuras infecciones y también ablandadores de heces. Las posibles complicaciones incluyen un estrechamiento de la abertura anal a causa de la cicatrización y/o inflamación.
Se realizarán exámenes de seguimiento post quirúrgicos. El veterinario en un primer momento se asegurará de que la afección se haya resuelto y de que el tejido haya sanando correctamente. Posteriormente se realizarán exámenes periódicos cada medio año para garantizar que no se reproduce el problema. Los perros que tienen lesiones múltiples o difusas tienen mayor riesgo de recurrencia que aquellos con pólipos únicos.