Para el tratamiento, el veterinario empezará con una terapia inmunosupresora con corticoides para frenar el sistema defensivo del perro (también puede utilizar medicamentos como la ciclosporina, la azatioprina o la ciclofosfamida). En caso de que los dolores articulares fueran fuertes, el veterinario también puede recetar analgésicos.
Para los casos más graves, también podría ser necesario un tratamiento quirúrgico para recomponer el cartílago y posibilitar que la articulación recupere su movimiento.
Los vendajes y la fisioterapia también pueden ser utilizados por el veterinario como apoyo al tratamiento.
La Poliartritis inmunomediada erosiva es una enfermedad crónica y progresiva. Con el tratamiento trataremos de reducir el impacto pero la curación no es posible. La poliartritis no erosiva tiene un mejor pronóstico.