Piedras renales de fosfato de calcio en gatos
Urgencia: Puede esperar
Pronóstico: Bueno

Las piedras de fosfato de calcio son residuos de calcio que eliminan los riñones con la orina. Se produce cuando hay un exceso de calcio en la dieta y una orina ácida (con un pH bajo). Es un tipo de piedra bastante usual que hay que analizar porque a veces también puede aparecer como consecuencia de un problema de la tiroides o de un tumor. 

Las piedras pueden ser de distinto tamaño. Normalmente empieza con residuos en forma de grava, después se van formando pequeños cristales y acaban en piedras que pueden alcanzar algunos centímetros de tamaño y que es imposible eliminar con la orina.

Síntomas

Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación, el tamaño y el número de cálculos dentro del tracto urinario. De hecho, algunos gatos no muestran signos externos visibles del problema; sólo se descubre más tarde durante un chequeo rutinario, si es que lo hay. A continuación se enumeran algunos de los síntomas típicos asociados con la urolitiasis por fosfato cálcico:

  • Aumento de la micción (poliuria)
  • Dificultad para orinar (por ejemplo, goteo de orina)
  • Dolor al orinar
  • Sangre en la orina
Causas

Podemos encontrar distintos factores que pueden influir en la aparición de piedras en el sistema urinario. Los más usuales son:

  • Alimentación o dieta no equilibrada con exceso de calcio
  • Exceso de vitaminas y suplementos
  • Infecciones y enfermedades renales
Diagnóstico

El veterinario primero realizará una palpación para ver si detecta alteraciones en la vejiga o dolores en la zona.

El veterinario preguntará sobre los síntomas detectados. Si se hubiese detectado la imposibilidad de orinar, el veterinario deberá intervenir inmediatamente y colocar un catéter para que pueda salir la orina y administrará líquidos y electrolitos si la circulación estuviera descompensada.

En caso de no ser una emergencia, el veterinario realizará pruebas de imagen para ver la ubicación y el tamaño de las piedras que es lo que determinará el tratamiento más adecuado. El veterinario realizará ecografías y radiografías de la zona.

También se puede detectar cristales en la orina analizando en el microscopio una pequeña muestra de orina.

Tratamiento

El tratamiento, como decíamos, dependerá de la zona dónde se encuentren los cálculos, del tamaño y de la materia que los constituya.

Normalmente, lo más fácil sería tratar de disolver el cálculo o de expulsarlo con la orina (con la ayuda de medicamentos y bebiendo mucha agua). 

Otra opción, si el tamaño no es muy grande, podría ser la urohidropropulsión que serviría para forzar la expulsión de las piedras.

Si la piedra fuera demasiado grande para ser expulsada, podría aplicarse la técnica de la litotricia extracorpórea que por ondas de choque se trata de romper las piedras en pedacitos más pequeños que después puedan ser expulsados por la orina.

Y si con todo, no consiguiéramos retirar las piedras que obstruyen el tracto urinario, deberíamos recurrir a la cirugía.

En estos casos, el pronóstico siempre es bueno a menos que encontremos alguna enfermedad subyacente grave. Lo único es que hay grandes posibilidades de recaída. Se calcula que casi la mitad de los gatos vuelven a “fabricar” piedras y por ello es muy importante que el veterinario prescriba una dieta adecuada para el gato y se tenga muy presente que es necesario una buena hidratación (el gato debe beber cuanta más agua mejor).