Los síntomas de una fístula oronasal incluyen una nariz que gotea crónicamente, con o sin sangrado, y estornudos persistentes.
Una fístula es una conducción anormal entre 2 cavidades. En el caso de la fístula oronasal es una conexión anormal entre la boca y la nariz del gato.
Normalmente ocurre en dientes de la mandíbula superior en malas condiciones. Esto hace que la raíz del diente conecte con la nariz del gato. Y cuando ocurre, los alimentos y el agua puede pasar de la boca a la nariz y provocar secreción nasal, infecciones o inflamaciones y es algo que hay que solucionar.
Los síntomas de una fístula oronasal incluyen una nariz que gotea crónicamente, con o sin sangrado, y estornudos persistentes.
Normalmente está causado por enfermedades de los dientes. Sin embargo podemos encontrar casos motivados por traumas, tumores o mordeduras.
El veterinario realizará una inspección física de la boca del perro y utilizará una sonda para localizar la fístula.
Si no se tratan, las fístulas pueden acabar en neumonías y es peligroso.
El veterinario normalmente acabará realizando una intervención quirúrgica para tapar la conexión entre la boca y la nariz. Si el problema es de un diente en mal estado, será necesario extraerlo y después colocar tejido. Con el tiempo la fístula se podría volver a abrir porque aunque se haya tapado correctamente, la corrección sufrirá una gran presión.