En caso de una enfermedad grave por insuficiencia respiratoria, el gato tendrá que ser hospitalizado para cuidados intensivos y apoyo de enfermería. La parálisis respiratoria es una emergencia y necesita un suplemento de oxígeno o alguna otra forma de ventilación artificial para que el gato respire.
En paralelo, se deben quitar las garrapatas y bañar al gato con insecticida para matar cualquier garrapata que esté escondida en los pliegues de la piel. Muchas veces sólo con esto el gato ya mejora porque deja de asimilar toxinas.
Si el gato estuviera deshidratado, se administrarán líquidos por vía intravenosa, junto con medicamentos que se pueden usar para contrarrestar los efectos de las toxinas en el sistema nervioso y para relajar los músculos lo suficiente como para que el gato pueda respirar.
Para la mejor recuperación, hay que mantener al gato en un ambiente tranquilo y fresco. La neurotoxina es sensible a la temperatura. La actividad física también debe evitarse temporalmente. El veterinario recetará los complementos alimenticios que deban administrarse y el método que debe utilizar para alimentar a su gato porque muchos gatos sufren vómitos y pérdida de apetito.