El papiledema canino es una condición médica difícil de diagnosticar.
En primer lugar, el veterinario realizará exámenes minuciosos de los ojos que incluyan reflejos en las pupilas y revisión de los nervios ópticos. Si el veterinario sospecha que el perro sufre de papiledema canino, solicitará escaneos para ver si el cerebro funciona correctamente y pruebas para medir el nivel de presión en el cerebro.
El veterinario, normalmente también querrá realizar un chequeo físico general para ver si existe una enfermedad sistémica causante. Probablemente realizará exámenes completos de sangre para buscar agentes infecciosos u otra enfermedad sistémica subyacente y también puede solicitar radiografías de tórax junto radiografías abdominales para un chequeo físico más específico.