Deberás proporcionar el historial completo de la salud de tu gato y el inicio de los síntomas, incluyendo los posibles incidentes que provocaron su aparición. El veterinario realizará pruebas de rutina como un perfil bioquímico, análisis de orina y hemograma completo para descartar posibles causas de la enfermedad.
Adicionalmente, se realizará un examen oftalmológico para descartar cataratas, desprendimiento de la retina, atrofia progresiva de retina o enfermedad del nervio óptico. Si el examen oftalmológico no revela nada, puede sugerir síndrome de degeneración retiniana adquirida repentina, neuritis óptica retrobulbar o una lesión del sistema nervioso central.
Si el diagnóstico no es concluyente aún, la electrorretinografía (mide las respuestas eléctricas de las células fotorreceptoras en la retina) permitirá diferenciar un problema de retina de la enfermedad del nervio óptico o del sistema nervioso central. Otras herramientas como ecografías oculares, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas son útiles para visualizar y diagnosticar lesiones orbitarias o del sistema nervioso central.