Un gato que tenga cualquiera de estas condiciones no siempre tendrá ninguna condición secundaria o subyacente relacionada con ellas. Un examen físico normalmente mostrará respuestas físicas y neurológicas normales sin anormalidades obvias. Esta no es una enfermedad mortal, pero sí que requiere atención. Los episodios narcolépticos y catapléjicos pueden durar desde varios segundos hasta 30 minutos, y a menudo se producen cuando el gato está comiendo, jugando, excitado o realizando actividades sexuales.
La cataplexia en particular se caracteriza por episodios que ocurren durante momentos de gran emoción. Durante un episodio narcoléptico, el gato afectado se derrumbará sobre su costado o estómago, sus músculos se aflojarán y todo movimiento físico cesará brevemente. Es como si el gato hubiera caído repentinamente en un sueño profundo. El movimiento de los ojos cerrados continúa, como en la etapa del sueño REM. Durante un episodio catapléjico, el gato es consciente de lo que sucede a su alrededor, sus ojos permanecen abiertos y bajo el control del gato, pero por lo demás está paralizado. El gato típicamente saldrá del episodio en respuesta a estímulos externos, como cuando oye un sonido fuerte o es acariciado.
Algunos de los síntomas habituales de la narcolepsia y la cataplexia son:
- Pérdida repentina de la conciencia
- Parálisis de las extremidades, la cabeza y el torso
- Sacudidas musculares
- Gemidos
- Movimiento de los ojos