Mielopatía degenerativa: Enfermedad de la médula espinal en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Malo

La mielopatía degenerativa es el término médico general que se refiere a la enfermedad de la médula espinal del perro o la médula ósea. Esta enfermedad afecta el sistema nervioso central del perro y puede progresar para afectar las porciones cervical y lumbar de la médula espinal en etapas posteriores. 

Si bien la enfermedad puede afectar a cualquier raza y a cualquier edad del perro, los animales de mayor edad suelen padecer la enfermedad. El pronóstico de esta enfermedad no es positivo, ya que la degeneración de la médula espinal del animal, suele acabar en pérdida de numerosas funciones corporales.

Síntomas

Parálisis parcial o completa de las extremidades, atrofia muscular, pérdida de masa muscular e incapacidad para mantener la postura. Pérdida de la capacidad de controlar la defecación y la orina.

Causas

La causa de la mielopatía degenerativa es desconocida. Aunque parece que hay un vínculo genético, no hay evidencia clara que respalde la presencia de una mutación genética y la probabilidad de que la enfermedad afecte a un perro. Algunas razas están más predispuestas a padecerla, estas son: Pastór Alemán, Pembroke y Cardigan Welsh Corgi, los Perdigueros de la Bahía de Chesapeake, Setters irlandeses, Bóxer Collies, Ridgebacks de Rhodesian y Poodles.

Diagnóstico

Las pruebas de laboratorio iniciales se usan comúnmente para descartar una variedad de enfermedades subyacentes. 

Las imágenes se realizan a menudo para ver el daño potencial de la médula espinal. La resonancia magnética y la tomografía computarizada se pueden usar para observar diversas compresiones y enfermedades que son posibles dentro de la médula espinal, como una hernia de disco, que se pueden tratar. Además, también se puede examinar el líquido de la médula espinal para detectar una enfermedad inflamatoria. 

Tratamiento

La atención de apoyo es la única opción de tratamiento actual. El ejercicio ha mostrado cierta efectividad en retrasar la atrofia de la médula espinal. Hay que evitar que el perro engorde porque la presión en la columna sería mayor y la degeneración se aceleraría.

En general, el pronóstico a largo plazo es malo para los animales que han sido diagnosticados con esta enfermedad, ya que es de naturaleza degenerativa. 

La paraplejia generalmente ocurre dentro de los seis a nueve meses del diagnóstico inicial. El monitoreo de la condición debe ser continuo, con exámenes neurológicos y muestras de orina tomadas para tratar infecciones que puedan ocurrir. A medida que el perro se vuelve cada vez más incapaz de caminar, se recomienda una almohadilla cómoda y un giro frecuente para prevenir las llagas en la cama. También se recomienda que el pelo del perro se mantenga corto para que las lesiones de la piel tengan menos probabilidades de desarrollarse. Los esfuerzos de habilitación para el perro pueden incluir carros con arneses para fomentar la independencia y la movilidad del perro. 

Se debe mantener la dieta del animal y evitar el aumento de peso para evitar el aumento de la presión sobre la columna vertebral y el malestar del animal. Actualmente no existen medicamentos que hayan sido aprobados para esta enfermedad.