Temblores musculares, convulsiones, jadeo, hiperactividad, vómitos, deshidratación, falta de apetito, movimientos descoordinados, debilidad, aumento de la frecuencia cardíaca y de la temperatura del cuerpo.
La micotoxicosis es el término empleado para describir el envenenamiento por productos alimenticios contaminados por hongos. Los hongos liberan toxinas (micotoxinas) tóxicas para humanos, perros y gatos.
Temblores musculares, convulsiones, jadeo, hiperactividad, vómitos, deshidratación, falta de apetito, movimientos descoordinados, debilidad, aumento de la frecuencia cardíaca y de la temperatura del cuerpo.
Ingestión de hongos tóxicos o alimentos contaminados con moho. Las aflatoxinas se encuentran en maíz y cacahuetes principalmente; las ocratoxinas en cereales y granos; los tricotecenos en trigo, cebada y maíz; las ergotaminas en cereales y la fumonisinas en el maíz.
El veterinario pedirá el historial completo de la mascota, desde el inicio y naturaleza de los síntomas hasta cualquier otra posible exposición a hongos, alimentos con moho o materia orgánica en descomposición. El veterinario realizará un perfil bioquímico, análisis de orina y hemograma completo.
El análisis de bilis y la cromatografía de capa fina son de utilidad para analizar el contenido del estómago y el vómito. El veterinario también podría realizar pruebas toxicológicas en los alimentos.
La hospitalización inmediata es requerida para casos de envenenamiento por micotoxinas. Aunque los primeros síntomas sean gastrointestinales, pueden complicarse en pocas horas. La provocación de vómitos, los lavados de estómago o la administración de carbón activado son los tratamientos más habituales para neutralizar las toxinas. Las 48 horas posteriores a la intoxicación son cruciales y el animal tendrá que estar siempre vigilado. En caso de insuficiencias hepáticas, convulsiones o alteraciones en frecuencia cardíaca o respiratoria primero habrá que recuperar las constantes vitales.
El pronóstico general es bueno cuando se trata la micotoxicosis a tiempo. La mayoría se recuperan en el transcurso de 24 a 48 horas después del tratamiento. Sin embargo, en algunos animales el tiempo de recuperación puede prolongarse semanas.
Es necesario vigilar a los perros cuando se encuentran en el exterior. Habría que eliminar cualquier rastro de hongos silvestres o de compost.