Deberá proporcionar un historial completo de la salud de su perro, incluido un historial de síntomas y la naturaleza del mismo así como posibles incidentes que lo hayan provocado. El veterinario ordenará un perfil bioquímico de hemocultivo, un hemograma completo y un análisis de orina acompañado de un examen físico completo. Los resultados de las pruebas estándar estarán dentro de los rangos normales, a menos que haya infección.
Sin embargo, la prueba de diagnóstico preferida son las imágenes por Resonancia Magnética, donde se revelará lesiones únicas, múltiples o cercanas al sistema nervioso. Las muestras de líquido cefalorraquídeo puede confirmar la inflamación asociada a la enfermedad.
La realización de una biopsia cerebral puede ayudar a confirmar la meningoencefalomielitis granulomatosa, pero rara vez se realiza debido a los peligros involucrados en la extracción de una pequeña muestra de tejido cerebral.