Meningoencefalomielitis eosinofílica: Inflamación de cerebro y médula espinal en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

La meningoencefalomielitis eosinofílica es una condición médica causada por la inflamación del cerebro, la medula espinal y sus membranas debido a un número anormalmente alto de eosinófilos, glóbulos blancos en el líquido cefalorraquídeo. A menudo, el aumento de eosinófilos es una respuesta a infecciones parasitarias, tumores o alergias en el perro. Aunque cualquier perro puede padecerla, los Golden Retrievers son una raza muy predispuesta padecer la enfermedad.

Síntomas

Pérdida de memoria, convulsiones, movimiento repetitivo, giros y ceguera. Todos los síntomas suelen estar relacionados con el sistema nervioso. Los perros también pueden mostrar fiebre, pérdida de apetito y dolor cervical.

Causas

En la mayoría de los causas, la causa subyacente es idiopática no obstante, un porcentaje bajo es congénito en la raza Golden retrievers. Otros factores típicos asociados a la  meningoencefalomielitis eosinofílica son alergias y respuestas inmunomediadas, infecciones parasitarias, infecciones fúngicas, tumores y vacunaciones.

Diagnóstico

El veterinario empezará con un examen físico y recogiendo datos sobre el historial médico del perro y la aparición de los primeros síntomas. Lo habitual sería que también solicitara un perfil bioquímico de hemocultivo, un hemograma completo y un análisis de orina acompañado para conocer el estado general de salud.

Si sospecharas que el perro pudiera estar enfermos, solicitaría un análisis de líquido cefalorraquídeo. En caso de causas idiopáticas o alérgicas, se observan números anormalmente altos de eosinófilos. Mientras tanto, los tumores se asocian generalmente con un número anormalmente bajo de eosinófilos. También  la resonancia magnética o la tomografía computerizada son pruebas útiles para detectar lesiones en el cerebro o la médula espinal.

En caso de duda, el veterinario también podría solicitar una biopsia para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

A causa de la gravedad de la enfermedad, el perro deberá recibir tratamiento hospitalario. En los casos de origen idiopático, el veterinario puede prescribir esteroides durante unas semanas para controlar la inflamación. De lo contrario, los perros se mantienen con ciertas restricciones de dieta y movimiento hasta que se pueda encontrar una causa y un régimen de tratamiento más específico. El veterinario también podría prescribir analgésicos para el dolor y anticonvulsivos para controlar posibles convulsiones.

Si la inflamación estuviera causada por una infección, el veterinario podría recetar antibióticos o antiparasitarios. Y si fuera por una alergia utilizará medicamentos como la ciclosporina o la azatioprina.

El pronóstico dependerá en gran medida de la causa subyacente de la enfermedad no obstante, en la mayoría de los casos, el pronóstico es bueno con síntomas de mejoría en las primeras 72 horas y recuperación completa después de las 6 a 8 semanas. Durante la hospitalización, se examinará a su perro cada 6 horas.