Meningoencefalomielitis eosinófila en gatos
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

La meningoencefalomielitis eosinofílica es una condición médica causada por la inflamación del cerebro, la médula espinal y sus membranas debido a un número anormalmente alto de eosinófilos, glóbulos blancos en el líquido cefalorraquídeo. A menudo, el aumento de eosinófilos es una respuesta a infecciones parasitarias, tumores o alergias en el gato.


Síntomas

Los síntomas varían en función de la ubicación y la gravedad, pero a menudo están relacionados con el sistema nervioso, como las vueltas en círculos, la pérdida de memoria, las convulsiones y la ceguera. También podemos encontrar rigidez de cuello, ataxia, debilidad, fiebre o parálisis.

Causas

Normalmente la causa subyacente es idiopática. Otros factores típicos asociados a la  meningoencefalomielitis eosinofílica son alergias, infecciones parasitarias, infecciones fúngicas, tumores y vacunaciones.

Diagnóstico

El veterinario preguntará por el historial médico del gato y los síntomas detectados. Después, realizará una exhaustiva exploración física y solicitará un perfil bioquímico, un hemograma completo y un análisis de orina para conocer el estado general de salud del gato.

Si el veterinario sospechara de la afección, realizará un análisis de líquido cefalorraquídeo para confirmar la enfermedad. En caso de causas idiopáticas o alérgicas, se observan números anormalmente altos de eosinófilos. Mientras tanto, los tumores se asocian generalmente con un número anormalmente bajo de eosinófilos.

Las pruebas de imagen también son útiles para diagnosticar la enfermedad.


Tratamiento

A causa de la gravedad de la enfermedad, el gato deberá recibir tratamiento hospitalario. El veterinario recetará corticoesteroides como prednisolona o metilprednisolona durante unas semanas para controlar la inflamación. El pronóstico dependerá en gran medida de la causa subyacente de la enfermedad no obstante, en la mayoría de los casos, el pronóstico es bueno con síntomas de mejoría en las primeras 72 horas y recuperación completa después de las 6 a 8 semanas. 

Si el aumento de eosinófilos que ha provocado la inflamación estuviera causado por una infección parasitaria, el veterinario también recetará antiparasitarios como la ivermectina o el fenbendazol.

En algunos casos, si el gato no responde bien a los corticoesteroides o se tratara la afección muy tarde, el gato podría tener secuelas neurológicas permanentes.