Masas orales: Bultos cancerosos y no cancerosos en la boca del perro
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

Una masa oral es una condición médica en la que hay un crecimiento anormal de una masa en la boca de un perro o en la región de la cabeza circundante. Si bien no todos los crecimientos o masas orales son cancerosos, los tumores orales pueden volverse malignos y fatales si no se tratan de manera temprana y agresiva. 

Los tumores orales se pueden encontrar en los labios, la lengua, las encías y las regiones linfáticas del perro que rodean la boca. La enfermedad es tratable y tiene una alta tasa de éxito cuando el tumor se descubre y trata a tiempo. Si bien cualquier raza canina puede padecerla, los Golden Retriever, Weimaraner, San Bernardo y Cocker están mayormente predispuesto a sufrirla; al igual que son los perros machos viejos lo más propensos a desarrollar masas orales.

Síntomas

Desplazamiento de dientes, úlceras orales con o sin sangrado, renuencia a masticar, excesivo babeo o mal aliento.

Causas

Si bien se desconoce la causa exacta, existen factores de riesgo potenciales a desarrollarla como la enfermedad periodontal. En algunos casos, los perros que usan collares anti pulgas muestran una mayor incidencia de desarrollo de masas orales.

Diagnóstico

Se realizará una biopsia para determinar si la masa es cancerosa y en qué grado. Además de una biopsia de la masa, a menudo se realizará una biopsia en los ganglios linfáticos circundantes para ver si la enfermedad se ha diseminado. 

Las radiografías también se pueden usar para explorar otros lugares del cuerpo en busca de síntomas. Los crecimientos orales no cancerosos una vez que se extirpan quirúrgicamente normalmente tienen un buen pronóstico.

Tratamiento

El tratamiento dependerá del tipo de tumor encontrado. La cirugía se realiza a menudo para eliminar la masa del cuerpo del perro. En las etapas avanzadas del cáncer, la cirugía a menudo se combina con radio y quimioterapia para aumentar las posibilidades de supervivencia del animal.

El veterinario programará citas de seguimiento para asegurarse que el cáncer no se haya propagado a otras áreas del cuerpo. Al mismo tiempo, es posible que deba utilizar un tubo para administrarle la alimentación al perro temporalmente.