Linfadenopatía en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

Linfadenitis o linfadenopatía se caracteriza por  la inflamación de los ganglios linfáticos en respuesta a la acción del sistema inmunitario para combatir una infección con una mayor producción de glóbulos blancos (neutrófilos, macrófagos y eosinófilos). 

Las glándulas o nódulos linfáticos se encuentran repartidos por todo el cuerpo y son una parte muy importante del sistema inmunológico porque filtran la linfa y almacenan los glóbulos blancos. Las glándulas linfáticas al filtrar la linfa están muy expuestos a las infecciones. Cuando un patógeno infecta a un nódulo normalmente provoca una inflamación

La linfadenitis puede ser localizada si sólo están afectados las glándulas linfáticas de una zona o generalizada si la infección afecta a todo el cuerpo.


Síntomas

Los ganglios linfáticos generalmente se pueden detectar mediante el tacto, pero a veces no hay síntomas clínicos. Se puede sentir hinchazón en el área debajo de la mandíbula o alrededor del hombro. La hinchazón en una de las piernas también es posible como resultado de la inflamación de los nódulos linfáticos en la parte posterior de la pierna o cerca de la articulación de la pierna (axilar, que se correlaciona con la axila). Los ganglios inflamados en el área cercana a la ingle pueden dificultar la defecación del perro. También puede perder el apetito debido a las náuseas, y tener la necesidad de regurgitar. Sentirá un malestar general ya que su cuerpo combate la infección. Si tiene los ganglios linfáticos severamente agrandados, puede tener problemas para comer o dificultad para respirar.

El perro también puede tener fiebre, falta de apetito o mostrar otros signos sistémicos de infección. Las infecciones bacterianas, en particular, pueden desarrollar abscesos dentro de los ganglios, que pueden abrirse al exterior y presentarse como vías de drenaje. Otras complicaciones dependerán de la ubicación de la infección y si está afectando los órganos circundantes.

Causas

Distintos microrganismos pueden causar la inflamación de los ganglios linfáticos, entre ellos las bacterias del género Pasteurella spp, Bacteroides spp y Fusobacterium spp. Las especies bacteriana Yersinia pestis (causante de la peste bubónica), Francisella tularensis (causante de tularemia, infección común en roedores salvajes) y Bartonella vinsonii tienen gran afinidad por los ganglios linfáticos. 

También, los agentes fúngicos Blastomyces spp, Cryptococcus spp, Histoplasma spp y Coccidiodes spp pueden provocar linfadenitis en perros. Asimismo, muchas infecciones virales causan hiperplasia linfoide en especial, los ganglios linfáticos ubicados en la pared del abdomen son los más afectados. 

La linfadenitis no infecciosa es de origen idiopático (sin una causa determinada).


Diagnóstico

En primer lugar, el veterinario realizará un análisis completo de sangre y de orina para comprobar la normalidad de los valores.

El veterinario realizará una exploración física y palpará los ganglios linfáticos y tratará de determinar si están inflamados. También puede utilizar las radiografías para ver si los ganglios linfáticos están inflamados y determinar el grado de afectación.

Si sospechara que el perro puede sufrir linfadenitis el veterinario realizará una aspiración de ganglios linfáticos para un análisis citológico en el laboratorio. De esta forma podrá concretar la causa de la inflamación y esto será clave para un correcto tratamiento.


Tratamiento

El tratamiento dependerá del patógeno que esté causando la linfadenitis. El veterinario utilizará antibacterianos en caso de sufrir una infección bacteriana, antiparasitarios si la causa fueran parásitos o antifúngicos si la causa fueran hongos.

Además de los medicamentos para tratar la causa, el veterinario podría completar la terapia con antiinflamatorios si fueran necesario o fluidoterapia.