Parálisis completa o parcial de una pata delantera, posición anormal, debilidad muscular, ausencia de percepción del dolor, pérdida del movimiento del hombro e imposibilidad de poner peso en sus patas.

Las causas más comunes de la avulsión del plexo braquial son los accidentes, caídas de alturas o si la pata del perro queda atrapada y sufre un tirón fuerte.

Se usarán imágenes de resonancia magnética o la tomografía computarizada para examinar el cuerpo de la mascota en busca de lesiones internas. El veterinario prestará especial atención a la médula espinal o a cualquier problema neurológico asociado.

Para recuperar la normalidad en las patas delanteras, normalmenete el veterinario optará por un tratamiento conservador. Utilizará vendajes, fisioterapia y antinflamatorios para ir recuperando paulativamente la movilidad normal. Se recomienda envolver la extremidad para mantenerla en su lugar y, durante el tratamiento, la mascota debería permanecer en casa para que la lesión no empeore. La fisioterapia será recomendada para recuperar la fuerza muscular durante la rehabilitación. El veterinario también podría recetar analgésicos o antiinflamatorios para controlar el dolor. 

En los casos más graves en las que las raíces nerviosas hubieran quedado muy perjudicadas, el veterinario podría tratar de solucinarlo con la cirugía. Y en el peor de los casos podría ser necesario amputar el miembro.

Se programarán citas de monitorización después del tratamiento inicial para evaluar el sitio lesionado. En la mayoría de los casos, la avulsión plexo braquial se resuelve a los pocos meses del pronóstico y del tratamiento inicial.