Lo más importante es actuar rápido y evitar que el hígado resulte dañado. Si el veterinario detecta poco azúcar en sangre o de potasio en suero, deberá aplicar terapia de fluidos con dextrosa para estabilizar la glucosa. Será necesario monitorear constantemente el nivel de azúcar en sangre.
El veterinario, en paralelo a la recuperación de azúcar en sangre, también podría decidir proteger el hígado con medicamentos como S-adenosilmetionina y silimarina. Será conveniente realizar visitas de seguimiento que permitan controlar la evolución de los niveles de glucosa en sangre y la evolución de las enzimas hepáticas.
Para evitar sustos, lo mejor sería evitar tener productos con xilitol en casa o al menos guardarlos en armarios altos a los que el perro no pueda tener acceso.