En algunos gatos se requiere de poco o ningún tratamiento, siendo suficiente el monitoreo regular; mientras que otros pacientes necesitarán de un tratamiento médico extenso o cirugía. La cirugía busca reemplazar la válvula defectuosa sin embargo, los resultados no son prometedores en la actualidad.
El tratamiento es personalizado y depende de factores como el estado de salud del gato, la progresión de la enfermedad y las complicaciones secundarias que pueda acarrear.
Inicialmente, se recomendará descanso absoluto en jaula. El veterinario le suministrará un protocolo detallado para la administración de medicamentos, ejercicio, dieta especializada con restricción en sodio y cualquier otra información vital para cuidar a su gato en casa.
Se programarán visitas a su veterinario todas las semanas durante el primer mes de tratamiento en donde se verificará el progreso de su gato con pruebas de laboratorio estándar, radiografías y electrocardiografía.
El pronóstico a largo plazo depende de la edad del gato, el estado actual de la enfermedad, afecciones recurrentes y la gestión de la salud de su mascota en el hogar.