Los ganglios linfáticos pueden ser detectados normalmente por el tacto, pero a veces no habrá síntomas clínicos. La hinchazón se puede sentir en la zona debajo de la mandíbula (submandibular), o alrededor del hombro. La hinchazón en una de las piernas también es posible como resultado de la hinchazón de los ganglios linfáticos en la parte posterior de la pierna (poplítea), o cerca de la articulación de la pierna (axilar – en correlación con la axila). Los ganglios hinchados en la zona cercana a la ingle (inguinal) pueden dificultar la defecación del gato.
El gato también puede sentir un malestar general, con falta de apetito debido a las náuseas y la necesidad de regurgitar. Si el gato tiene los ganglios linfáticos gravemente agrandados, puede tener problemas para llevarse la comida a la boca o tener dificultades para respirar.