Generalmente, las dificultades respiratorias empeorarán progresivamente en un período de cuatro semanas. Los principales síntomas son:
- Tos
- Vómitos
- Diarrea
- Pérdida de peso y de masa muscular
- Reticencia al ejercicio
La neumocistosis es una infección rara en gato provocada por el Pneumocystis jiroveci, un hongo patógeno, extracelular, que parasita en el sistema respiratorio. También puede afectar a otros órganos, como la piel.
El hongo se encuentra en el medio ambiente pero la mayoría de gatos y humanos tienen suficientes anticuerpos para luchar contra esta enfermedad. Sin embargo, si las defensas están bajas, la infección puede multiplicarse y crecer hasta niveles mortales.
Generalmente, las dificultades respiratorias empeorarán progresivamente en un período de cuatro semanas. Los principales síntomas son:
Infección por hongos.
El veterinario primero preguntará por el historial médico y por los síntomas detectados. A continuación realizará un examen físico completo y las analíticas estándar para conocer el estado de salud general del gato. En el análisis de sangre se determinará el aumento en el número de eosinófilos (glóbulos blancos encargados de luchar contra las infecciones de la sangre) y glóbulos rojos. En las pruebas de gas en sangre. el veterinario puede detectar hipoxemia (reducción del oxígeno en la sangre) y mayor presión en el pH de la sangre.
Las radiografías torácicas también son un elemento imprescindible para ver hasta dónde llega la infección a los pulmones.
Finalmente, para un diagnóstico definitivo, el veterinario puede necesitar una muestra de fluido respiratorio. Con un lavado broncoalveolar o una biopsia pulmonar el veterinario podrá tratar de encontrar la presencia del hongo en el tejido pulmonar.
Si el gato llegara a un estado grave, deberá ser hospitalizado, en aislamiento y con cuidados intensivos. Son especialmente importantes la terapia de oxígeno para ayudarle a respirar y antifúngicos para controlar la infección. Otros tratamientos incluirán líquidos intravenosos para corregir la deshidratación y fisioterapia para ayudar a eliminar la secreción de los pulmones.
Si la infección es leve y se ha detectado a tiempo el pronóstico es bueno, aunque siempre dependerá de la enfermedad que ha provocado la inmunodeficiencia. En estos casos, el tratamiento puede ser ambulatorio con antifúngicos para eliminar el hongo y podrían utilizarse corticoesteroides con precaución para reducir la inflamación. Este segundo medicamente no siempre está aconsejado porque potencia la inmunosupresión.
El gato debe descansar al máximo. Serán necesarias radiografías periódicas para ver si el gato responde al tratamiento. Además, el pulso y los gases sanguíneos también tiene que ser controlados.