Infección gastrointestinal por clostridios
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Reservado

La enterotoxicosis clostridial es un enfermedad de los intestinos provocada  por niveles anormalmente altos de la bacteria Clostridium perfringens, una bacteria que se encuentra en la vegetación en descomposición y en sedimentos marinos. También aparece en carnes y aves de corral crudas o mal cocidas, y carnes que se han dejado a la intemperie.

En general, las implicaciones de la enterotoxicosis clostridial se limitan a infecciones del tracto intestinal. Esta enfermedad puede ser aguda en cuyo caso los síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal y náuseas. Desgraciadamente también puede ser crónica con episodios de diarrea durante meses o años.  

Si la bacteria llega al hígado puede causar un daño grave al provocar la enfermedad de Tyzzer. Esta enfermedad afecta principalmente a perros jóvenes en situaciones de estrés. Se cree que la enterotoxicosis clostridial en perros está detrás del 20 por ciento de los casos de diarrea de intestino grueso.

Síntomas

Heces escasas, diarrea con moco brillante, heces con sangre fresca, esfuerzo para defecar, aumento de la frecuencia de la defecación, vómitos, flatulencias, dolor abdominal, renuencia a ser tocado en el área abdominal y en ocasiones fiebre.

Causas

La diarrea por Clostridium está causada por un crecimiento excesivo de la bacteria Clostridium perfringens en el intestino.

A menudo, la bacteria se adquiere del medio ambiente (por ejemplo la flora) o como resultado de comer carne cruda o poco cocida. Otros factores de riesgo incluyen:

  • Cambios dietéticos
  • Nivel de pH anormalmente alto en el intestino
  • Deficiencia de anticuerpos
  • Exposición a otros perros en un hospital o perrera
  • Estrés en el sistema digestivo debido a una enfermedad concurrente (p. Ej., Parvovirus, gastroenteritis y enfermedad inflamatoria intestinal)


Diagnóstico

El veterinario preguntará por el historial médico del perro y recabará información sobre posibles incidentes que hayan podido causar esta afección: si el perro ha escarbado en la basura o ha pasado mucho tiempo al aire libre, por ejemplo. 

El veterinario primero llevará a cabo un examen físico completo del perro, así como un análisis estándar (conteo sanguíneo completo, un perfil químico de sangre y un análisis de orina). Como la mayoría de estas pruebas serán normales y debido a que esta infección tiene síntomas intestinales obvios, será necesario tomar una muestra fecal para el análisis microscópico.

Ante posibles resultados positivos que no resulten del todo convincentes, el veterinario también puede utilizar un endoscopio para visualizar el interior de los intestinos del perro y tomar una muestra de tejido si lo considerase necesario.

Tratamiento

Normalmente no es necesaria la hospitalización salvo que la diarrea y los vómitos sean graves y el perro necesite terapia de fluidos. 

El veterinario recetará un tratamiento con antibióticos orales durante una semana si hubiera presencia de la toxina de Clostridium perfringens. 

Para la recuperación también es útil cambiar de dieta. Las dietas ricas en fibra y aquellas formuladas con ingredientes prebióticos y probióticos (como lactobacillus) pueden ayudar a equilibrar y mantener la flora del tracto gastrointestinal. Al cambiar a una dieta alta en fibra, se reduce la producción de Clostridium perfringens y enterotoxinas en el tracto intestinal. 

Conviene saber que si no se trata y la bacteria llegase al hígado, el perro desarrollará la enfermedad de Tyzzer y no existe tratamiento. Si el daño hepático fuera severo, el perro podría morir en 24-48 horas.