La endocarditis infecciosa es un problema serio que suele requerir hospitalización. El tratamiento consistirá en terapia con líquidos y antibióticos para conseguir por un lado que los niveles de fluidos corporales sean correctos y por otro, que la infección quede controlada.
Desgraciadamente, el pronóstico no es bueno, aunque depende de la etapa de la infección y de cómo funcione el corazón. Tras 12 semanas de tratamiento el veterinario volverá a tomar muestras para medir el progreso de la enfermedad y si la infección sigue presente. Una vez desaparecida, se suspenderá el tratamiento con antibióticos.
Las posibilidades de recuperación son muy buenas si la infección es leve, se ha detectado a tiempo y el tratamiento es rápido y agresivo. El seguimiento detallado también ayuda a una buena recuperación.
Las visitas al veterinario tienen que ser prácticamente semanales para planificar el seguimiento de la enfermedad, que incluirá dieta especializada para mejorar el funcionamiento del corazón y la salud de los órganos afectados.
En el caso de que el diagnóstico fuera tardío, si la infección ha avanzado, las probabilidades de supervivencia son bajas. En tal caso, su veterinario le aconsejará sobre planes alternativos.