Los síntomas de la nocardiosis dependen en gran medida del lugar de la infección. Si, por ejemplo, se produce en la cavidad pleural, que incluye los pulmones y las membranas circundantes, los síntomas pueden incluir demacración, fiebre y respiración rasposa y dificultosa (disnea). Si se trata de una infección cutánea, los síntomas pueden incluir la presencia de heridas crónicas que no cicatrizan y, si no se tratan, el drenaje de los ganglios linfáticos. Si la infección no está localizada en un área específica del cuerpo (también conocida como diseminada), los síntomas pueden incluir fiebre, pérdida de peso y comportamiento letárgico.

La infección suele producirse a través de heridas abiertas en el gato en contacto con materia muerta o en descomposición. También es posible infectarse al ingerir o inhalar estas sustancias infectadas.

Las sustancias que afectan a los gatos son las bacterias Nocardia spp y raramente la Actinomyces spp. 

El veterinario primero preguntará por los síntomas detectados y realizará una inspección física. En caso de lesiones o líquidos, analizara una muestra para tratar de determinar el organismo causante de la infección. 

Para conocer el estado general de salud del gato, el veterinario también realizará un análisis de sangre y de orina. En estos casos, si la infección fueses sistémica podría detectar algunos indicadores.

El tratamiento depende del lugar de infección y de los síntomas que presenta el gato. El tratamiento suele ser largo, de varias semanas, y suele ser necesaria una combinación de antibióticos para combatir la infección. Según las zonas afectadas por la infección el gato podría requerir también cuidados de apoyo como fluidoterapia, drenaje quirúrgico o antiinflamatorios.

Por otro lado, el veterinario tratará de fortalecer con suplementos el sistema inmunitario para evitar recaídas. Si la infección no es tratada correctamente, la enfermedad puede llegar a ser mortal para los gatos.