La incapacidad del gato de sacar su pene puede pasar desapercibida hasta que intente copular con una hembra. Además, si el gato tiene problemas para orinar, puede ser un signo de este trastorno médico. 

Si el animal experimenta problemas para retraer su pene en la vaina, puede notar que lame el exterior de su pene. Si esto ocurre durante un período prolongado, también podría haber acumulación de líquido en los tejidos (edema) o hinchazón en el área.

Podemos encontrar distintas causas. En algunos casos son problemas hereditarios. A parte de una apertura pequeña congénita, el problema también puede venir por pelos enrollados que dificulten la salida o vuelta del pene a la cavidad prepucial, inflamaciones del glande, lesiones durante el coito, que la piel del orificio del prepucio quede invertida y atrape al pene en el exterior (parafimosis) o en muchos casos es idiopático (nunca se llega a conocer la causa).

El diagnóstico normalmente se realiza por observación directa del pene del animal. Si el veterinario pudiera pensar que hay alguna enfermedad subyacente, podría realizar analíticas de sangre y de orina o alguna prueba de imagen.

El tratamiento dependerá de la causa. Si el orificio prepucial fuera pequeño, normalmente el veterinario optará por una pequeña intervención quirúrgica para ampliarlo.

En el caso de la parafimosis, tal como decíamos es importante un rápido tratamiento para que no queden dañados los músculos retractores del pene y no queden zonas necróticas. Si esto ocurriera, el gato quedaría estéril. 

Con un caso de parafimosis el veterinario procederá de urgencia a una limpieza del pene para evitar que se produzcan infecciones. También tendría que lubricar el pene y podría aplicar frío para bajar la erección y tratar de que pudiera volver a su posición inicial. El veterinario también revisará si hay algún cuerpo extraño que dificulte la retracción del pene para retirarlo y finalmente también puede utilizar pomadas o medicamentos para reducir la inflamación.