>Los síntomas más habituales son: falta de apetito, pérdida de peso, vómitos, letargo, pérdida de masa muscular, debilidad, dolor muscular, parálisis de los músculos que puede causar dificultad para respirar y aumento de orina y de sed.
La hipopotasemia hace referencia a concentraciones anormalmente bajas de potasio en sangre, afectando a la capacidad de funcionamiento normal del cuerpo puesto que el potasio participa en funciones celulares y eléctricas del corazón, nervios y músculos.
>Los síntomas más habituales son: falta de apetito, pérdida de peso, vómitos, letargo, pérdida de masa muscular, debilidad, dolor muscular, parálisis de los músculos que puede causar dificultad para respirar y aumento de orina y de sed.
Diversos motivos pueden llevar a una situación de hipopotasemia. Las más habituales son: pérdida de potasio por la orina, enfermedad renal crónica, diálisis, enfermedades metabólicas, vómitos, diarreas, obstrucción intestinal, ingesta insuficiente de potasio en la dieta, inanición, administración de insulina y glucosa, estrés inducido, administración de fármacos para aumentar la producción de orina o suministro de líquido por vía intravenosa.
El veterinario preguntará por el historial médico del perro y el inicio y naturaleza de los síntomas.
El veterinario confirmará el diagnóstico con las analíticas de rutina: perfil químico de sangre, hemograma completo y análisis de orina. La exploración física, las radiografías abdominales, las ecografías, la tomografía computarizada y la resonancia magnética también se utilizarán para diagnosticar la causa subyacente de la hipopotasemia.
Si la condición del perro es grave, puede ser hospitalizado para recibir suplementación de potasio y tratamientos para estabilizar síntomas peligrosos como latidos irregulares del corazón y parálisis de los músculos respiratorios. Una vez diagnosticada la causa subyacente, podrá suministrarle el tratamiento adecuado para evitar otro episodio de hipopotasemia.
Es posible que los niveles de potasio del perro deban medirse cada 6 a 24 horas, especialmente durante la fase inicial del tratamiento.