Los síntomas del hipopituitarismo pueden variar según las hormonas que falten y la función del cuerpo que se vea afectada por el déficit. Por ejemplo, la falta de hormonas luteinizantes puede dar lugar a anomalías sexuales, como genitales anormalmente pequeños, y la deficiencia de GH puede dar lugar a la falta de crecimiento adecuado o al enanismo (que suele desarrollarse en los primeros dos o tres meses). 

Si la glándula se ve afectada por un cáncer o un tumor, el gato puede experimentar dolor de cabeza (con la consiguiente presión en la cabeza), o problemas visuales. Otros síntomas comunes incluyen:

• Pérdida de pelo
• Retraso mental o en erupción dental
• HIperpigmentación: oscurecimiento de la piel
• Piel delgada y con poco tono

Las causas pueden ser congénitas o adquiridas. Cuando hablamos de causas adquiridas, la más frecuentes son:

• Tumores o quistes
• Traumas

El veterinario primero preguntará por la aparición de síntomas y realizará exámenes de sangre completos para detectar indicios de la enfermedad. Unos niveles altos de glóbulos blancos o linfocitosis, la deficiencia de fósforo o un bajo nivel de azúcar en sangre podrían estar relacionados con el hipopituitarismo.

La prueba definitiva para diagnosticar el hipopituitarismo se obtiene midiendo el nivel de hormonas en la sangre con una prueba dinámica después de inyectar una sustancia estimulante de hormonas.

Como siempre el tratamiento dependerá de la causa. Normalmente se efectúa un tratamiento ambulatorio con suplementos para contrarrestar y suplir la falta de hormonas. Conviene un seguimiento por parte del veterinario para asegurar que el equilibrio se mantenga.

Si la causa fuera un tumor, lo mejor sería extirparlo quirúrgicamente aunque no siempre es posible porque la zona es muy delicada. Si no fuera operable, el pronóstico es muy poco favorable.