Aumento de la sed y consumo de agua, confusión, desorientación, convulsiones, vómitos y diarrea.

La hipernatremia puede ser causada por deshidratación por no beber suficiente agua o por pérdida de fluidos (vómitos, diarreas y sudoración). La diabetes o la ingestión excesiva de sal también pueden generar un desequilibrio electrolítico fuerte.

El veterinario tomará un historial médico detallado y, luego, se realizarán pruebas de laboratorio que incluyen recuento sanguíneo completo, perfil bioquímico y análisis de orina. Los análisis de orina revelarán altos niveles de sodio.

Se utilizará la terapia de fluidos para corregir el desequilibrio electrolítico. El veterinario medirá los niveles de sodio y otros electrolitos durante y después del tratamiento para garantizar que los niveles se encuentren dentro de los rangos normales. Tratar las causas asociadas como por ejemplo la diabetes es imprescindible para solucionar el problema.

Cerciórese de suministrarle continuamente agua al animal y más si su mascota sufre de diabetes. Siga una dieta estricta libre de sodio y evite darle frituras que contengan cloruro de sodio.  Los perros con hipernatremia sin ninguna enfermedad subyacente responden bien al tratamiento en cambio, si detrás del trastorno electrolítico subyace una enfermedad responsable del desequilibrio, el pronóstico es reservado.