En general, los síntomas visibles son casi imposibles de detectar en las primeras etapas del desarrollo de esta condición. Un examen físico puede revelar un aumento de peso inexplicable. Las áreas en las que el exceso de líquido puede hacerse evidente por primera vez son generalmente la garganta o el abdomen.
A medida que avanza la enfermedad, los gatos pueden presentar hinchazón asimétrica (ej.: un lado de la cara más que otro), picor intenso, babeo, dificultad respiratoria, decaimiento o fiebre.