Debilidad en las piernas, cojera, espasmos musculares en la espalda o el cuello y falta de voluntad para saltar. Dolor (gritos o gemidos), poco apetito e incontinencia urinaria y fecal.
Los discos intervertebrales están compuestos por una sustancia gelatinosa rodeada por una gruesa capa externa y son básicamente los amortiguadores de la columna vertebral. Hay dos tipos de hernia de disco que se observan en perros: Tipo I y Tipo II de los cuales el Tipo II generalmente tiene signos y síntomas menos graves.