Granuloma eosinofílico en perros
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

El complejo del granuloma eosinofílico es muy raro en perros. Es mucho más habitual en gatos y caballos y se caracteriza por la aparición de nódulos o protuberancias en la boca o labios. 

Es una hiperreacción del sistema inmunológico que provoca una lesión cutánea nodular formada por la acumulación de células inmunitarias. En perros, las razas de los Huskies y los Cavaliers tienen mayores probabilidades de verse afectadas.


Síntomas

Picazón, protuberancias en boca o labios, cambios de color o inflamación de la piel.

Causas

Puede estar causada por una reacción autoinmune o por alergias que provocan la reacción del sistema inmunitario.

En algunos casos se cree que puede ser una enfermedad hereditaria y por ello algunas razas están más expuestas.


Diagnóstico

El veterinario primero realizará una exploración física para observar las lesiones cutáneas.

A continuación, realizará una analítica completa de sangre y de orina para comprobar el estado general de salud del perro. En la analítica de sangre, debería apreciarse un incremento de células sanguíneas eosinófilas. El veterinario acompañará los resultados de la analítica de sangre por los correspondientes análisis cutáneos. En primer lugar, realizará un raspado cutáneo para extraer una muestra de piel que se analizará en el laboratorio y también podría realizar una biopsia.

En el diagnóstico, el veterinario también tratará de averiguar si algún alergeno ha provocado la reacción para determinar cuál es el mejor tratamiento. Hay que respaldar el examen de laboratorio con una búsqueda de parásitos.


Tratamiento

Es importante abordar el problema cuanto antes pare evitar complicaciones fruto del constante rascado o lamido por la picazón. 

El tratamiento dependerá de la gravedad de la enfermedad. Lo más habitual es recetar cortisona para reducir la inflamación para que el perro se sienta mejor. Después según la dimensión de las lesiones cutáneas también podrían ser necesarios los antibióticos.

Una vez solucionado el problema, el veterinario tratará de evitar que el perro vuelva a desarrollar la enfermedad. Lo más habitual es evitar que vuelva a entrar en contacto con los alérgenos o si se debe al mal funcionamiento del sistema inmunitario podría considerar una terapia inmunosupresora.