Golpe de calor e hipertemia en gatos
Urgencia: Atención inmediata
Pronóstico: Reservado

La Hipertermia hace referencia a una temperatura corporal excesivamente alta (normalmente por encima de los 39⁰C). La hipertemia se diferencia de la fiebre en que el aumento de temperatura no está regulado.

El golpe de calor es una forma de hipertermia que se produce cuando los mecanismos de disipación del calor del cuerpo no pueden soportar el calor externo excesivo. El golpe de calor puede provocar una disfunción de múltiples órganos. 


Síntomas

Además del aumento de la temperatura corporal, también presenta jadeo, dificultad respiratoria, deshidratación, babeo excesivo, encías enrojecidas, disminución de la orina, insuficiencia renal, aceleración del ritmo cardíaco, el corazón late de forma irregular y vómitos con sangre.

Los efectos sobre el sistema nervioso también producen los siguientes síntomas: convulsiones, temblores musculares, descoordinación, marcha tambaleante y hasta pérdida del conocimiento.

Causas

La hipertemia principalmente está causada por un exceso de calor y humedad ambiental. Además también pueden influir aspectos como enfermedades de la vía aérea superior, parálisis de laringe, enfermedades del corazón, envenenamiento, complicaciones de anestesia, ejercicio excesivo, obesidad o hipertiroidismo que provoquen un incremento del calor corporal interno.

Diagnóstico

El veterinario en primer lugar preguntará por los síntomas detectados y el historial clínico del gato. A continuación realizará un examen físico completo y pedirá un perfil químico de sangre, un hemograma completo, un análisis de orina y un panel de electrolitos básicamente para tratar de concretar cuál es la causa de la hipertemia.

Tratamiento

En el tratamiento primero tratará de bajar la temperatura corporal. Si el incremento de la temperatura corporal del gato está asociado a la temperatura ambiental, aplicará técnicas de enfriamiento externo como rociar al gato con agua fría (no helada) o sumergir todo el cuerpo del gato en agua fría. Otra técnica es envolver al gato en toallas frescas y húmedas. Otro método también sería el enfriamiento por convección con ventiladores y/o enfriamiento por evaporación con alcohol isopropílico en la almohadilla de los pies, la ingle y debajo de las patas delanteras. Hay que detener el proceso de enfriamiento cuando la temperatura alcance los 39°C para evitar caer debajo de la temperatura ambiental. La disminución de la temperatura debe ser gradual. 

Los gatos que han sufrido un episodio de hipertermia son propensos a experimentarlos de nuevo y habría que consultar siempre al veterinario sobre cómo mantener la temperatura corporal adecuada y sobre cómo reducirla de la forma más segura.  Si el gato es de una raza propensa a pasar calor, hay que vigilar su exposición al sol. Siempre es conveniente tener agua accesible en los días calurosos, incluso bloques de hielo para el gato.

Conviene recordar que no hay que dejar nunca al gato en el interior de un automóvil estacionado.