El Tipo I, que normalmente afecta a cachorros malteses, tiene como principales síntomas el retraso en el desarrollo, la depresión mental y el bajo nivel de azúcar en la sangre. Acaba en la muerte.
El Tipo II, normalmente en los perros Laponia, se caracteriza por vómitos, debilidad muscular y anomalías cardíacas. La muerte ocurre generalmente antes de los dos años de edad.
El Tipo III, normalmente en los pastores alemanes, da lugar a debilidad, falta de crecimiento, depresión e hipoglucemia leve.
Y el Tipo IV, en Springer Spaniels, da lugar a anemia homolítica.