Vómitos y/o diarrea continua son los síntomas más comunes. Otros síntomas que pueden presentarse son: apatía, letargo, anorexia, pérdida de peso, deshidratación y pérdida de fluidos.
La gastroenteritis hemorrágica se caracteriza por la presencia de sangre en el vómito o las heces.
Vómitos y/o diarrea continua son los síntomas más comunes. Otros síntomas que pueden presentarse son: apatía, letargo, anorexia, pérdida de peso, deshidratación y pérdida de fluidos.
La gastroenteritis infecciosa está causada por patógenos infecciosos: parásitos, bacterias, virus o hongos. Sin embargo, también puede estar causada por cambios en la alimentación, alergenos en la comida, estrés, úlceras o trastornos abdominales.
Es difícil diagnosticar una gastroenteritis porque existen múltiples causas.
Las radiografías o endoscopias pueden funcionar para detectar úlceras, tumores o bloqueos intestinales, el estudio fecal para encontrar restos de patógenos y los análisis de sangre para ver otras causas subyacentes.
El tratamiento dependerá de la causa subyacente. Puede ir desde una intervención quirúrgica como podría ser recomendable en caso de tumores o obstrucciones hasta la receta de antibióticos ante la existencia de bacterias.
En paralelo al tratamiento, lo habitual sería dejar descansar el estómago para una mejor recuperación y mantener al perro 24 horas sin comer. Una vez transcurridas las 24 horas, pasar a una dieta blanda durante al menos 3 días.
Y para reducir las posibilidades de contraer la enfermedad es muy recomendable dietas acorde con las necesidades energéticas de cada perro.