Las garrapatas pueden estar visiblemente presentes en el cuerpo del gato, especialmente cuando crecen. Las garrapatas tienen un escudo duro y pueden sentirse como pequeños bultos durante la palpación de la piel, o durante las caricias regulares. También puede haber otros síntomas presentes si se desarrolla una enfermedad transmitida por garrapatas.

Atraídas por el calor se enganchan a los animales. Como las garrapatas no tienen movilidad, dependen de la vegetación y suelen engancharse al huésped cuando éste pasa por al lado de una planta. Las garrapatas suelen encontrarse en bosques y pastos poco cuidados.

El veterinario primero preguntará si el gato ha estado paseando por bosques o pastos porque es el entorno habitual de infestación. Los paseos en gatos son menos usuales que en perros y por ello se ven menos afectados. Sin embargo, para descartar la infestación por garrapatas, el veterinario también realizará un examen físico para tratar de encontrar garrapatas.

Si el veterinario detectara la presencia de garrapatas, normalmente pedirá un análisis de sangre completo para ver si ha transmitido alguna enfermedad vírica o bacteriana.

El tratamiento normalmente será ambulatorio. Hoy en día existen muchos productos químicos de gran eficacia en la eliminación de estos parásitos.

A pesar de que las garrapatas se pueden eliminar de forma sencilla, lo ideal es prevenir y evitar así la posibilidad de que puedan transmitir enfermedades que pueden poner en riesgo la vida de nuestro gato. Para la prevención, también existen muchos productos químicos que evitan que los gatos sufran una infestación de garrapatas. También es aconsejable no pasear con el gato por pastos o bosques poco cuidados.