El perro experimenta dolor, no come y fiebre. Relativo a la zona ocular, esta condición muestra un bulto debajo del ojo, imposibilidad de cerrar el párpado y secreción purulenta del ojo.
Es una afección bastante común en perros provocada por un proceso inflamatorio.
En los perros, el último premolar de la mandíbula superior y el primer molar de la mandíbula inferior se conocen como muelas carniceras. La función de estos dientes es cortar la carne en el proceso masticatorio y para ello las muelas carniceras actúan como tijeras.
El absceso se produce prácticamente siempre en la mandíbula superior. Allí los dientes tienen 3 raíces y como consecuencia de la presión al masticar, contusiones o enfermedades periodontales, pueden formarse abscesos en la zona del hueso en contacto con las raíces.
El perro experimenta dolor, no come y fiebre. Relativo a la zona ocular, esta condición muestra un bulto debajo del ojo, imposibilidad de cerrar el párpado y secreción purulenta del ojo.
La afección suele surgir como consecuencia de una mala higiene dental o de una mala alimentación. Los juegos inadecuados también pueden dañar las piezas dentales del perro.
El veterinario realizará una exploración física y si sospechara de la afección, un estudio radiológico de los dientes para confirmar el diagnóstico. En muchos casos, los propietarios confunden la enfermedad con una picadura de algún insecto debajo del ojo.
Se puede mejorar temporalmente con la administración de antibióticos y analgésicos o antiinflamatorios, pero la afección reaparecerá.
Para una solución definitiva es necesaria la extracción de la pieza o la endodoncia del molar. Para ello se necesita anestesia y un equipo especial.
Para la recuperación siempre se recomienda un periodo de unos 10 días con dieta blanda.