Los síntomas asociados con una fístula arteriovenosa dependerán en última instancia del tamaño y la ubicación de la fístula. Por lo general la fístula no provoca dolor en la zona.
Si la lesión está en una extremidad, el perro puede mostrar hinchazón, cojera y ulceración con costra gangrenada (el tejido muere y se vuelve verde). Si la fístula causa insuficiencia orgánica el perro puede mostrar distensión del abdomen, debilidad, convulsiones o parálisis. Y si la fístula va asociada con una insuficiencia cardíaca congestiva, el perro mostrará tos, dificultad para respirar, intolerancia al ejercicio y aumento de la frecuencia cardíaca.