Fibrilación ventricular en gatos
Urgencia: Atención inmediata
Pronóstico: Malo

La fibrilación ventricular es un trastorno en donde los músculos de los ventrículos del corazón se contraen de manera desorganizada (arritmia). Como consecuencia el corazón no bombea la sangre necesaría y podría ser fatal para el gato. 

La fibrilación ventricular puede afectar a gatos de distintas edades pero especialmente a gatos mayores.

Síntomas

Los principales síntomas son:

  • Arritmias
  • Desmayo
  • Colapso
  • Encías azuladas
  • Muerte
Causas

La fibrilación ventricular puede estar ocasionada por multiples factores como la ausencia de oxígeno en la inspiración, en la sangre arterial o en los tejidos. También, puede ocurrir por un bloqueo de la aorta, cirugía de corazón, reacciones a los medicamentos, shock eléctrico, conmoción, miocarditis o hipotermia.

Diagnóstico

El veterinario preguntará por los síntomas detectados y se interesará por cualquier incidente que pudiera haber provocado el desajuste del ritmo cardíaco. Seguidamente, el veterinario realizará pruebas de rutina en las que se incluye un perfil sanguíneo completo, un análisis de orina y un panel de electrolitos. A menos que exista una infección, problema metabólico o cualquier condición similar que sea el causante de la fibrilación ventricular, los resultados de las pruebas de rutina suelen ser normales. 

A continuación, se realizará un electrocardiograma para identificar los problemas cardiacos asociados. También suele realizarse una ecocardiografía para analizar la estructura del corazón en búsqueda de posibles anomalías.


Tratamiento

Sin tratamiento, la mascota puede morir. Por ello, hay que acudir inmediatamente al veterinario a fin de que el gato reciba un tratamiento rápido y agresivo. A menudo, se usa la cardioversión eléctrica con un desfibrilador eléctrico para administrar pequeñas descargas eléctricas. Inicialmente, se dan choques de baja intensidad pero, si el corazón no responde y no vuelve al ritmo normal, el veterinario podrá aumentar el voltaje. 

Si no se tuviera a mano ningún desfibrilador, la única opción es el denominados golpe precordial que consiste en golpear sobre el corazón con la mano abierta para tratar que el golpe devuelva al corazón a su ritmo habitual.

Tras las pequeñas descargas realizadas por el veterinario para devolver al corazón a un ritmo normal, el gato necesitará permanecer hospitalizado hasta recuperarse por completo. Además, el médico programará citas de seguimiento para evaluar el progreso del gato utilizando electrocardiogramas y los métodos de diagnóstico que considere apropiados. 

Asimismo, el gato podrá requerir de cuidados especiales de reposo, alejado de niños y otras mascotas. Se trata de una enfermedad grave y sería necesario solucionar la causa subyacente: normalmente cardiomiopatías, corrección de electrolitos o eliminación de toxinas.