Los falsos embarazos suelen resolverse por sí solos al cabo de unas 3 semanas sin complicaciones y sin necesidad de ninguna intervención. Una vez ha finalizado el falso embarazo, debería valorarse la opción de esterilizar al perro para evitar que se repita de nuevo el episodio.
Durante el falso embarazo, si se requiere alguna intervención, lo más habitual será limitar la producción de leche ya que es algo doloroso e incómodo si la perra no tiene que amamantar a nadie y existe el peligro de infección de las glándulas mamarias. El veterinario puede recomendar reducir la comida y el agua principalmente por la noche para conseguir reducir la producción de leche. Y si detectara alguna infección también puede prescribir el uso del collar isabelino.