Los síntomas son muy variables dependiendo de la enfermedad primaria que ha llevado a la pérdida de conciencia, ya sea temporal, como en el caso del estupor, o duradera, como en el caso del coma.
El principal síntoma es la variación de los niveles de inconsciencia, con el grado de conciencia dependiendo de la naturaleza y la gravedad de la enfermedad subyacente.