Es imprescindible el riguroso control del perro por parte del veterinario. Se pueden administrar beta bloqueantes para que el consumo de oxígeno sea menor y a la vez, se reduzcan las arritmias ventriculares. Este tratamiento está indicado sobre todo en los casos de fallo congestivo derecho (cuando el corazón es incapaz de mover la sangre y forma una congestión interna).
Si el gato sufre un ataque cardíaco congestivo súbito, el animal deberá ser ingresado en el hospital de manera inmediata. La intervención más segura consiste en la valvuloplástia de balón. Se introduce un catéter con un balón cilíndrico muy resiste, hasta llegar al punto de la estenosis guiado por fluoroscopia. Una vez llegado hasta allí, el balón se hincha para aumentar la zona problemática. Este tratamiento está especialmente indicado para gatos con estenosis pulmonar moderada o grave que se niegan a hacer ejercicio y padecen síncopes recurrentes. Es una operación más sencilla de lo que parece y con una tasa de éxito elevada.
Los gatos que padecen estenosis pulmonar congénita no deberían utilizarse como reproductores, debido al carácter genético de la enfermedad.