Puede que no haya síntoma aunque lo más usual es el dolor y la picazón local.

También suele presentar una lesión blanca con una costra central oscura sobre un fondo rojo desigual; después de 2-5 semanas una costra central puede desprenderse, dejando una úlcera profunda de lenta curación que suele matar el tejido blando mientras preserva el tejido muscular.

En ocasiones el gato presenta anemia con orina con sangre en las primeras 24 horas. Otras posibles manifestaciones sistémicas dentro de los primeros 2-3 días después de la mordedura son: fiebre, escalofríos, erupción, debilidad, rápido crecimiento de los glóbulos blancos, náuseas, dolor en las articulaciones.

La causa es la picadura de una araña violín. Esto suele ocurrir cuando el gato descansa cerca de alguna telaraña o cuando juega.

El veterinario primero preguntará por los síntomas y por salidas outdoor del gato. Después realizará una exploración física del animal en búsqueda de picaduras de araña. Normalmente las picaduras se producen en la cara o las extremidades pero hay que chequear todo el cuerpo.

El veterinario realizará analíticas de sangre para detectar anemia y otros síntomas de enfermedad sistémica o detectar otras posibles causas.

El tratamiento temprano facilitará la solución. En un primer momento es bueno usar hielo para bajar el enrojecimiento y la hinchazón. Esto podría también evitar que se produjera una amplia zona de necrosis en la piel (las lesiones podrían llegar a medir casi un palmo).

El veterinario querrá controlar la evolución del gato tras una picadura. Si la evolución no fuera positiva o pensara que puede evolucionar en una enfermedad sistémica, el veterinario también podría recetar corticoesteroides para desinflamar y antibióticos para evitar el desarrollo de infecciones.

La herida normalmente se cubrirá con una venda.