Una de las preocupaciones más importantes sobre esta condición es la toxicidad para las propias células del corazón, llamada toxicidad miocárdica. Cuando esto ocurre, se pueden producir ritmos cardíacos anormales, que a menudo conducen a una insuficiencia cardíaca.
La depresión, la anorexia, los vómitos y la diarrea son a menudo los primeros síntomas que presentará el gato. Esto puede ocurrir incluso cuando la medicación se administra en la dosis prescrita porque los niveles terapéuticos y tóxicos están muy cerca.
Con una sobredosis aguda, el gato puede entrar en coma o tener convulsiones. En cualquier momento en que la toxicidad sea una preocupación, es importante consultar con el veterinario, ya que los efectos de la toxicidad pueden progresar rápidamente.