Vómitos, diarrea, rigidez muscular, respiración rápida, aumento del ritmo cardiaco, presión baja en la sangre, fiebre y convulsiones.
Los perros tienen cierta tendencia a comer cosas que no deben, sobre todo los cachorros. Esto puede crear problemas por ingesta de alimentos o sustancias dañinas para su salud.
El chocolate se deriva de las semillas tostadas de Theobroma de cacao, que contiene cafeína y teobromina, sustancias muy tóxicas para los perros, tanto que las complicaciones médicas pueden ser fatales.
El perro no es capaz de metabolizar la teobromina y puede llegar a provocar la muerte por hemorragias internas y fallo multiorgánico. Las dosis críticas de chocolate ingerido dependerán del tamaño del perro y del chocolate. Un perro grande podrá ingerir más chocolate porque su cuerpo experimentará una menor concentración. Y no todos los chocolates son iguales: el chocolate negro tiene más concentración de teobromina que el chocolate con leche o el blanco.
Vómitos, diarrea, rigidez muscular, respiración rápida, aumento del ritmo cardiaco, presión baja en la sangre, fiebre y convulsiones.
Ingesta de chocolate
Mediante un perfil químico de sangre, un panel de electrolitos y un análisis de orina se puede determinar si hay una sobredosis de chocolate o cafeína. Por supuesto, el examen físico exhaustivo del perro también será fundamental.
La concentración anormal de teobromina se determinará con pruebas sanguíneas específicas. Con un electrocardiograma se analizarán las posibles arritmias o fallos en la conducción de los latidos del corazón.
Llevar a nuestra mascota al veterinario de manera inmediata. Suele ser efectivo incitar al vómito y controlar las convulsiones, si las hay. Para mantener al perro hidratado se le suministrarán líquidos hasta que su estado vaya mejorando. La dieta será blanda durante varios días.
El perro tiene que estar tranquilo en un lugar fresco durante la recuperación. Y sobre todo, hay que mantener el chocolate fuera del alcance del perro. Hay que tener en cuenta que no hay un antídoto contra la toxicidad de este alimento y lo que hay que hacer es evitar que aparezcan signos clínicos. Para ello además de inducir al vómito, si ya han pasado más de dos horas, el veterinario puede optar por administrar carbón activado o un lavado gástrico para reducir la toxicidad.