Hinchazón y sangrado de la herida, salivación excesiva, presión arterial baja, orina y defecación frecuente, debilidad, ritmo cardíaco irregular y dolor en el sitio de la herida.
Los lagartos venenosos básicamente los encontramos en centroamérica. No suelen atacar a los perros pero no se puede descartar.
Hinchazón y sangrado de la herida, salivación excesiva, presión arterial baja, orina y defecación frecuente, debilidad, ritmo cardíaco irregular y dolor en el sitio de la herida.
Ataque de un Monstruo de Gila o de un Lagarto de Cuentas de Méjico.
El veterinario preguntará por la actividad del perro durante las últimas horas y también realizará una exploración en búsqueda de la mordedura del lagarto.
Para un diagnóstico definitivo el veterinario tendrá que analizar el veneno.
El veterinario limpiará la herida de la mordedura y sacará los dientes que el lagarto hubiese podido dejar. Después tratará con medicamentos al perro para controlar básicamente el ritmo cardíaco y se recetarán analgésicos para reducir el dolor.