Vómitos, diarrea, sonidos del intestino, gases, otitis externa, pústulas, enrojecimiento de la piel, costras, escamas, calvicie, hiperpigmentación (oscurecimiento de la piel), urticaria (hinchazón de la piel), piodermatitis por rascado excesivo.

Podemos encontrar múltiples alergenos que provocan la reacción. Lo que siempre es común es que esta reacción está causado por una respuesta inmunológica hipersensible.

El veterinario primero realizará un examen físico exhaustivo. Normalmente también pedirá analíticas completas de sangre y de orina para descartar que los problemas dermatológicos no vengan motivados por una enfermedad.

Además de todo lo anterior, el veterinario preguntará por los cambios que hayan podido provocar la reacción dermatológica. Evidentemente tratará de averiguar si ha habido un cambio reciente de alimentación o si el perro puede haber comido alguna golosina o alimento no habitual.

Para un correcto diagnóstico lo más apropiado sería una dieta de eliminación. Se cambiaría la dieta por una con pocos ingredientes y se irían añadiendo los ingredientes de uno en uno para ver cuál es el que provoca la alergia. Cada vez que se añade un ingrediente hay que esperar unos 10 días para ver si provoca reacción. Si no provoca reacción, a los 10 días se añade otro ingrediente. Y si provoca reacción ya sabemos que el ingrediente es alérgeno y tendremos que esperar un tiempo para que desaparezcan los problemas dermatológicos. Una vez han desaparecido los problemas se añadirá un nuevo ingrediente para saber si en la dieta hay más de un ingrediente que provoca la alergia.

El veterinario puede recetar antibióticos o medicamentos antimicóticos si se producen infecciones secundarias por piodermas o Malassezia